En la niebla se delinea la silueta del shinobi recien llegado despues de su largo viaje por las tierras ninja. Zabuza camina con lentitud entre las lapidas de piedra, hasta finalmente llegar a una de considerable tamaño, semejante a un monumento.
"Aqui descanzan las 100 victimas del demonio de la niebla sangrienta"
Tras el vendaje que le cubre el rostro, una sonrisa se dibuja en sus labios, mostrando sus afilados dientes.
-Increible lo que un niño asustado logro hacer-
Zabuza empuña su zanbatou y con un rapido movimiento de brazos parte en dos por la mitad la lapida.
-Esas pequeñas personas con sus pequeños sueños... Porque deberian importarme? Yo tengo mi propio sueño.-